Piden la restauración del cauce del Segre a su paso por Mequinenza en la presentación del XXIV Descenso Internacional del Cinca

Así se manifestaba el presidente de la Federación Aragonesa de Piragüismo, Chema Celorrio, con respecto a la situación provocada por la acumulación de lodos en el Campo Municipal de Regatas provenientes del desembalse de Barasona.

El presidente de la Federación Aragonesa de Piragüismo, Chema Celorrio, se mostraba contundente en la presentación del XXIV Descenso Internacional del Cinca en cuanto a la situación en la que se encuentra el Campo Municipal de Regatas de Mequinenza: “es un campo de lodos, no de regatas”. Para Celorrio el desembalse de Barasona a mitad de la década de los 90 “jorobó a Mequinenza” y reclamaba la “restauración a como estaba y creo que en eso estamos todos de acuerdo” a la vez que se comprometía a traer campeonatos de España de pista en el momento en el que “el Campo vuelva a estar en condiciones”.

Una voz más que se suma a las décadas de reclamaciones por parte del Ayuntamiento de Mequinenza para que se haga efectiva la retirada. Antonio Sanjuán, alcalde de la localidad, recordaba que ya hay un compromiso del Ministerio de Transición Ecológica para, entre 2023 y 2024, realizar pruebas para determinar cual será el sistema más eficaz para acometer la retirada de más de medio millón de metros cúbicos de barro acumulado, que dificultan enormemente el desarrollo de actividades de deportes náuticos y de pesca, previsiblemente en 2027 aunque recordaba que “en 2009 estaba todo para la realizar la actuación y no se ejecutó”.

El Campo Municipal de Mequinenza recibirá a los participantes del Descenso Internacional de Cinca el próximo domingo 20 de agosto, tanto los de modalidad popular como los de la de competición, así como a los participantes en las diferentes pruebas previas programadas para el sábado 19. Una edición la de este año que es la del retorno de la prueba tras el parón obligado por la pandemia de la covid-19 y la suspensión del año pasado por el bajo caudal y las algas, algo que no se repetirá este año ya que a pesar de las dificultades por la sequía “el río estará practicable”, apuntaba José Javier Ferrer el presidente de la Comarca del Bajo Cinca, y las algas se han reducido, sobre todo en el tramo final, por las importantes oscilaciones del nivel del agua embalsada en Riba-roja en los dos últimos meses.

Una edición, la de 2023, que es vital para la continuidad de la prueba ya que según afirmaba Celorrio “nos jugamos la viabilidad si no la llegáramos a celebrar” ya que coincide con el Descenso del Miño, con el que entra en competencia directa por fechas. Un evento deportivo de primer nivel que, aseguraba Antonio Sanjuán, “debe mantenerse por la repercusión que tiene tanto para nuestra promoción como para nuestra economía” algo en lo que coincidían Verónica Alins, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Fraga, y Rubén Morell, alcalde de Torrente de Cinca.

En cuanto a la participación todo parece indicar que se reducirá con respecto a ediciones anteriores “ya que el ritmo de inscripciones es menor en el caso de la modalidad popular”, aseguraba Dani Sorolla el técnico comarcal de reportes, que se mostraba más optimista en la competitiva al incorporar nuevas categorías como las modalidades SUP-C y paracanoe, ambas incluidas en el circuito nacional y que se disputarán en Mequinenza junto con la regata Jóvenes Promesas. Lamentaba la suspensión de la competición autonómica de slalom que debía disputarse en Fraga y que no se celebrará por la falta de caudal en el “canalet” de aguas bravas.

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