El Castillo de Mequinenza es un castillo-palacio gótico de finales del siglo XIV y principios del XV.
Actualmente, el Castillo y sus aledaños son propiedad privada de la Fundación Endesa.
Esta situado en una colina a unos 185 metros sobre el nivel del mar siendo un enclave estratégico y singular que ofrece una espectacular panorámica de la confluencia de las aguas de los ríos Segre, Cinca y Ebro.
Las visitas únicamente se realizan los martes laborables por la mañana previa reserva según el horario marcado por la Fundación ENDESA.
Durante el mes de agosto no se realizan visitas debido a periodo vacacional del personal de Fundación Endesa.
Información para la visita al Castillo de Mequinenza
AFORO LIMITADO. IMPRESCINDIBLE RESERVA PREVIA. RECIBIRÁ UN CORREO ELECTRÓNICO DE CONFIRMACIÓN TRAS LA RESERVA.
EL PUNTO DE ENCUENTRO PARA LA VISITA ES LA PLAZA JOAQUÍN TORRES (FRENTE AL TÓTEM DE INFORMACIÓN TURÍSTICA) A LAS 10:30 HORAS
EL ACCESO HASTA EL INTERIOR DEL CASTILLO DE MEQUINENZA SE REALIZARÁ CON COCHES PARTICULARES. EL ACCESO AL CASTILLO DE MEQUINENZA NO ES APTO PARA AUTOBUSES
AL FINALIZAR LA VISITA SE PUEDE VISITAR OPCIONALMENTE LOS MUSEOS DE MEQUINENZA (MUSEO DE LA HISTORIA + MUSEO DE LA MINA)
Reserva Visitas Castillo de Mequinenza
Las visitas únicamente se realizan los martes laborables por la mañana previa reserva según el horario marcado por la Fundación ENDESA.
Recibirá un correo electrónico de confirmación de su visita con información sobre el punto de encuentro.
Al finalizar la visita al Castillo, se puede visitar opcionalmente el Museo de la Mina y el Museo de la Historia (indicar al guía en el momento de iniciar la visita al Castillo).
Recreación Histórica del Asedio de Mequinenza (1810 - 2010)
Historia del Castillo de Mequinenza
No cabe duda que habitaron estas tierras íberos y romanos que debieron ocupar y fortificar este estratégico emplazamiento. En el siglo VIII, el lugar fue una torre defensiva árabe construida por la tribu bereber de los Miknasa, que dieron el nombre a la población. Probablemente de su nombre, aparece el topónimo actual de Mequinenza.
Tras una breve conquista por parte de Alfonso I el Batallador en 1133, la población cae definitivamente en manos cristianas en 1149 con la conquista de Ramón Berenguer IV. Alfonso II de Aragón al casarse con doña Sancha dió a esta la villa de Mequinenza. Se sabe que en 1192, el mismo rey la cede al Conde de Urgell. Del dominio de los Urgell, el castillo y la villa pasaron a manos de Ramón Guillén de Moncada y por sucesión hereditaria a los Marqueses de Aytona y posteriormente a los Duques de Medinaceli.
En 1288, el Castillo de Mequinenza se convierte en la prisión de Carlos II de Anjou, Príncipe de Salerno, hijo de Carlos de Anjou, rey de Nápoles y Sicilia tras convertirse en prisionero de Alfonso III de Aragón cuando disputaba la Corona de Sicilia. Fray Miguel de Salas indicaba la importancia del Castillo de Mequinenza ya que “a un príncipe tan grande no se le daría palacio que no fuera proporcionado a la grandeza y soberanía de su persona”. Con la llegada de nuevas formas de guerra y la Guerra de Sucesión (1701-1713), el Castillo de Mequinenza refuerza su posición defensiva acondicionando y ampliando sus murallas y baluartes.
Durante la Guerra de la Independencia, el ejército francés de Napoleón consideraba la posición de Mequinenza como “la llave estratégica del Ebro”. La población y el Castillo resistieron durante tres embates acometidos por los franceses. El general francés Musnier decidió conducir la artillería creando un nuevo camino para acercar los hombres y la artillería al castillo. Dos meses más tarde, los franceses ocupaban las principales posiciones a orillas del Ebro y del Segre, saquean la villa y tras haber destruido las principales defensas del castillo, la guarnición española se rinde con honores. La conquista del Castillo de Mequinenza supuso una de las grandes victorias en el valle del Ebro, por lo que debido a su gran importancia decidieron inscribirla en el Arco del Triunfo de París bajo el nombre de Madrid, Plasencia y Nápoles.
Entre 1820 y 1823 adquirió un papel destacado soportando importantes ataques carlistas y conservando una pequeña guarnición militar que duró hasta principios del siglo XX cuando poco a poco el Castillo de Mequinenza entró en un estado de abandono progresivo. Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) pasa a ser un puesto de observación y una vez finalizada la guerra vuelve a quedar definitivamente en ruinas. La empresa ENHER (Empresa Nacional Hidroeléctrica del Ribagorzana) construye el embalse de Mequinenza y Ribarroja, y reconstruye a la vez el Castillo de Mequinenza como residencia privada en 1959.