Vecinos y visitantes han pasado una mañana de convivencia en el antiguo núcleo urbano de la localidad con un tren turístico, misa de campaña, actividades infantiles, un concierto, visitas con sorpresa a los Museos de Mequinenza y vermú.
El sol y una brisa persistente que ha rebajado la temperatura han acompañado la celebración de Sant Jordi al Poble Vell coincidiendo con el Día de Aragón y Día del Libro. Las actividades, organizadas por el Ayuntamiento de Mequinenza, se iniciaron el pasado viernes con una divertida sesión de cuentacuentos musical a cargo de Belentuela bajo el título “En busca de mujeres compositoras” para seguir, ya el sábado, con la presentación del libro “Un país estranger” de Miquel Berga, que contó con la presencia de familiares de los Moles, protagonistas del relato, y el concierto “Coplas y cantares con J” de Nacho del Río y Beatriz Bernal en una abarrotada Sala Goya.
Como es habitual en esta jornada de convivencia y encuentro en el antiguo núcleo urbano de Mequinenza, destruido por la construcción del embalse de Riba-roja y del que se conserva parte del trazado de sus calles, que recupera su vida un tren turístico ha unido los dos núcleos urbanos para facilitar el acceso a los centenares de vecinos y visitantes que no se han querido perder la cita. A las 10 y media de la mañana, junto a las ruinas de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, 44 años después de que fuera derribada, se ha celebrado misa de campaña cantada por el Coro de Mequinenza.
Paralelamente se han ofrecido visitas guiadas al Museo de la Mina con sorpresa incluida, ya que el dragón ha tratado de huir de San Jorge escondiéndose en las galerías y sorprendiendo a los visitantes. También los monitores del Spai Jove y la Ludoteca han preparado actividades para los más pequeños, con pintacaras, elaboración de puntos de libro y manualidades para construir una espectaculares rosas, otro de los elementos imprescindibles de la festividad, además de disfrutar de un parque de hinchables.
La Orquesta de Municipal de Mequinenza ha ofrecido un concierto a base de boleros en el espacio que el Museo de la Historia dedica al escritor mequinenzano Jesús Moncada, que se ha quedado pequeño para albergar al público asistente. Para finalizar, asociaciones y entidades de la localidad han preparado un vermú en la Plaça d’Armes para todos los asistentes con el que se ha puesto punto y final a la celebración.
