La Jornada de Recuperación de la Memoria Histórica, celebrada en los Museos de Mequinenza, relató el periplo de los exiliados de la Guerra Civil

La jornada, que se cerró con la proyección del documental “Gurs, historia y memoria”, se detuvo en historias personales de algunos de los más de 400 mequinenzanos exiliados

Museus de Mequinensa acogió la celebración de una Jornada de Recuperación de la Memoria Histórica que se desarrolló en la sala de audiovisuales del Museu de la Història y en la que participaron cerca de medio centenar de personas. La actividad, que coincide con el 80 aniversario de la Batalla del Ebro, se centró en los exiliados de la Guerra Civil muchos de los cuales acabaron participando en la II Guerra Mundial. Unas jornadas que tienen un claro objetivo “no olvidar” como apuntaba Marí Ángeles Soler, la concejal de cultura del Ajuntament de Mequinensa, en la inauguración.

En la primera charla y bajo el título “De l’exili a la deportació” Josep San Martín, delegado en Aragón de Amical de Mauthausen, explicaba el periplo de los exiliados en un relato que arrancaba en 1939, pasaba por Francia y acababa en los campos de concentración nazi. San Martín lamentaba que “se recupera la memoria ahora, con muchos años de retraso” y afirmaba que la Guerra Civil, con participación internacional en el conflicto, fue un “un ensayo de la II Guerra Mundial, donde murieron más civiles que militares”.

Una vez retratada la situación general se abordaron cuestiones más concretas. La historiadora Noemí Riudor, autora del libro “Exili 1938: l’exili pallarès a França”, ofrecía la conferencia “El itinerario vital de las mujeres en el exilio” centrado en el Pallars. Riudor se detuvo en historias personales de vecinas de la comarca leridana exiliados a raíz de una importante pérdida de población de las localidades de la zona registrado a raíz de la Guerra Civil en un “territorio fronterizo con Francia permeable, por la relación entre las personas a ambos lados” en ámbitos sociales, laborales o afectivos que se vieron interrumpidos por el cierre de la frontera.

 

La mañana se cerraba son otra charla en la que los exiliados mequinenzanos fueron los protagonistas. El historiador Jacinto Bonales cifró entre 318 y 405 el número de personas exiliadas residente en la localidad, la mayoría de las cuales regresaron en 1939, y de las que se ha recogido información de 172 “a pesar de las dificultades para tener acceso a los datos”. Una cifra alta si se tiene en cuenta que Mequinenza tenía unos 4.000 habitantes en el época y que se debe a que la localidad junto con la Granja d’Escarp y Almatret era considerado “un centro comunista y como sabían lo que había pasado en otros sitios deciden marcharse”.

La Jornada se cerró con la proyección del documental “Gurs, historia y memoria” dirigido por Verónica Sáenz donde, a través de un viaje de estudios,  unos testimonios y el paralelismo con la crisis de los refugiados sirios, se recupera el pasado colectivo de miles de refugiados aragoneses que huyeron al campo de Gurs en Francia tras la Guerra Civil y de allí acabaron participando en la II Guerra Mundial como forma de salida a una compleja situación. Fernando Yarza i Anabel Beltrán, los productores, que participaron en un coloquio posterior, afirmaron que hay que “demandar a la sociedad nuestra responsabilidad por su desmemoria”. Aseguraron que “Gurs es ese gran desconocido cercano” y que “hay que conocer nuestra historia porque este capítulo se ha banalizado”.

Las actividades de estas se prolongarán hasta febrero con la exposición “En resistencia”, producida por la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón (ARMHA). En ella se relata la historia de dos republicanos exiliados a Francia que derrotan al fascismo desde las filas de los aliados, encuadrados en la resistencia francesa. La muestra podrá visitarse en la Sala Miguel Ibarz acogerá del 26 de enero al 3 de febrero, sábados y domingos, en horario de 7 y media de la tarde a 9 de la noche.

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