Las visitas gratuitas se realizan los martes laborables por la mañana según lo fijado por la Fundación ENDESA que es la propietaria del bien histórico.
Con la llegada del mes de septiembre Museos de Mequinenza vuelve a ofertar visitas guiadas gratuitas al Castillo de Mequinenza. Las realizan los guías del Ayuntamiento de Mequinenza los martes laborables a las 10:30 horas gracias a un convenio de colaboración firmado con la Fundación ENDESA, propietaria del edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2006, y que es quien fija horario, día y recorrido.
Hasta el mes de agosto, mes en el que no se permiten visitas al coincidir con el periodo vacacional de la Fundación ENDESA, el Castillo de Mequinenza había recibido 581 visitantes. Una cifra mayor a la registrada en el mismo periodo de 2023, que supone un incremento del 38% a pesar de que únicamente se permiten las visitas durante los martes laborables por la mañana.
Del total de visitantes a la fortaleza registrado en lo que va de año, la mayoría son de nacionalidad española. Cerca de la mitad provienen de Cataluña seguido de Aragón, por la proximidad, País Vasco, Comunidad Valenciana y en menor medida de Navarra, Castilla-León o Andalucía. También se han registrado un importante aumento de visitantes internacionales provenientes de Francia, Países Bajos, Andorra, Estados Unidos, Reino Unido, Italia y Alemania, e incluso de destinos más lejanos como Turquía o Brasil.
El acceso al castillo desde el punto de encuentro de los visitantes hasta el interior del recinto del castillo se realiza en coches particulares. Cada martes, al finalizar la visita al Castillo, se puede visitar opcionalmente el Museo de la Mina y el Museo de la Historia para seguir conociendo la historia y el patrimonio minero de Mequinenza o completar una jornada de estancia en la localidad con otras actividades relacionadas con el agua o la observación de aves en el “Aiguabarreig”, la confluencia fluvial más grande de todo el continente europeo.
El Castillo de Mequinenza cuenta con una abundante historia que se remonta probablemente a la época musulmana, cuando fue utilizado como torre defensiva. Construido originalmente durante la Edad Media, sirvió como fortaleza defensiva y para el control especialmente de los ríos y de la confluencia del Aiguabarreig. Poco a poco, su estructura fue modificada y ampliada y desempeñó un papel estratégico en numerosas batallas, como por ejemplo en el Asedio de Mequinenza (1810) de las tropas napoleónicas o durante las Guerras Carlistas.