La historia de Mequinenza está profundamente ligada a la minería del carbón, una actividad que marcó su desarrollo económico y social. El Museo de la Mina de Mequinenza permite adentrarse en esta historia y descubrir los secretos de la extracción del lignito en la Cuenca Minera de Mequinenza.
Características Geológicas
La cuenca se encuentra en la Depresión Geológica del Ebro, con niveles de lignito situados en la Formación Mequinenza, datados entre el Oligoceno y el Mioceno. La explotación se facilitaba por la disposición subhorizontal de las capas, aunque su espesor (entre 0,4 y 1 metro) dificultaba el trabajo de los mineros.
El Patrimonio Minero de Mequinenza
Todavía visible en el paisaje, es un testimonio vivo de la historia industrial de la zona, marcada por décadas de intensa actividad minera. Localidades como Mequinenza, Almatret, La Granja d’Escarp y Serós fueron epicentros de la extracción de carbón, lo que configuró el desarrollo económico y social de la zona. Este legado se conserva de manera excepcional en el Museo de la Mina de Mequinenza, un espacio único que recrea una mina de carbón en su estado original.
Transporte del Carbón en Mequinenza
El transporte del carbón en Mequinenza tuvo al río Ebro como protagonista, utilizando llaguts, embarcaciones tradicionales que facilitaban su traslado. El proceso comenzaba con la extracción del carbón en el interior de mina. Desde allí, el carbón se trasladaba por diferentes medios a los embarcaderos fluviales, donde se cargaba en los llauts para navegar por el río Ebro hasta llegar al puerto fluvial de destino.
El Camino de Sirga era una vía que seguía el curso del río Ebro y se utilizaba para remolcar las embarcaciones, los llauts, desde los caminos de ribera. Aunque se esperaba que el ferrocarril llegara para facilitar el transporte del carbón, en Mequinenza nunca se llegó a construir una línea ferroviaria que conectara directamente con las minas. Esto obligó a seguir utilizando los llauts de manera constante, ya que el transporte fluvial por el Ebro fue la única opción viable para el traslado del carbón hacia su destino final.
A lo largo de la historia, se emplearon distintos métodos de extracción, evolucionando desde sistemas manuales hasta explotaciones mecanizadas:
Explotación por Caños
Se delimitaban macizos mediante galerías.
El carbón se extraía manualmente y se transportaba en “gatos”.
Se utilizaban herramientas como picos, palas cuadradas, cuñas y candiles de carburo.
La ventilación era esencial para evitar la acumulación de gases peligrosos.
Explotación Mecánica
Se dividen las minas en manzanas y caños.
Se implementaron métodos de rombos y cuadrados para optimizar la extracción.
Se emplearon herramientas como descalzadoras y sistemas de entibación con mampostería.
- Se realiza una excavación inicial para dar espacio a la rozadora.
Se refuerzan las galerías con entibaciones metálicas para garantizar la estabilidad.
La rozadora avanza a lo largo del frente de explotación, desprendiendo el lignito mediante su tambor giratorio con picas de corte.
Los fragmentos de carbón caen en una cinta transportadora para su posterior acarreo.
El sistema de cámaras y pilares consiste en excavar cámaras de carbón dejando pilares que soportan naturalmente todas las estructuras de la galería.
Se utilizaban explosivos.
Se recogía el resultado de la explosión y se cargaban los camiones en la galería para el trasporte del material hacia el exterior.
La minería en Mequinenza fue una actividad esencial que no solo transformó la economía local, sino que también dejó una huella imborrable en la identidad de la población. Durante más de 170 años, el trabajo en las minas fue el motor de desarrollo de la localidad, marcando generaciones de habitantes que vivieron y trabajaron en un entorno subterráneo lleno de desafíos y sacrificios. Hoy, este legado se conserva en el Museo de la Mina de Mequinenza, un espacio único que permite a los visitantes adentrarse en la historia de la minería y experimentar de manera directa cómo era la vida cotidiana de los mineros.
Con más de 1000 metros de recorrido interior totalmente adaptado, el museo ofrece una visión profunda de las técnicas de extracción, las condiciones laborales y las historias de aquellos que trabajaron en las minas, lo que convierte a esta visita en una oportunidad imperdible para comprender este duro oficio. Sumergirse en este fascinante mundo subterráneo es, sin duda, un viaje en el tiempo que permite conocer de primera mano el duro trabajo de los mineros.